miércoles, 18 de agosto de 2010

Soledad en evolución.

En soledad uno debe aprovechar el tiempo, es cuando podemos dejar que la cabeza y el alma se reconcilien y entiendan que deben apuntar al mismo lugar. Hay tantos pensamientos encontrados que no se quieren encontrar como sentimientos que se contradicen, todo puede salir a flote en soledad.
Pueden aparecer mentiras dibujadas por nuestra cabeza y verdades en las que nunca dejaremos de creer. Lo de afuera tiende a ser irrelevante porque adentro nuestro hay una gran realidad, hay una enorme cantidad de cuestiones y sensaciones que si las entendemos y manejamos con sabiduría nos permitirán evolucionar, crecer, aprender a volar.

No me arrepiento.

No me arrepiento ni de mis victorias ni de mi soledad. No me arrepiento del tiempo perdido ni mucho menos del ganado, no me arrepiento de haberme alejado ni de cuando me dejé estar.
Solo me puedo arrepentir de cada vez que paré de insistir como bien yo se hacerlo, con la cabeza bien dura, esa que no escucha más que al corazón (o lo que queda de él).