Mientras soñaba con la paz recostado bajo la tormenta, mientras algunos sueños no me dejaban dormir en paz, conseguí una tranquilidad que podría, al fin, ser un poco más permanente que todas las anteriores. Hay experiencias que existen y van a quedar para siempre en nuestras mochilas, depende de nosotros llevarlas o no en el corazón. Pero debemos seguir adelante frente a todos los vacíos que nos quedan por tapar, esos que pareciera ser que no nos quieren dejar avanzar.Hay que dejarlos atrás, junto a todas esas cargas de nuestras historias como para que puedan volver a su lugar natural.
Mientras las ganas de vivir descansaban plácidamente, mientras las motivaciones fundamentales habían decidido esperar, la realidad se puso de mi lado y me ofreció, generosa, acompañarme en el camino de volverme a acomodar.