martes, 12 de noviembre de 2013

Me digo pelotudo (y tengo razón)

Con intenciones de ir a investigarte, antojado de irte a recorrer, vuelvo a concentrarme en ese estudio que casi nunca pudo ser estudio. Mientras las ganas de ir a verte me hacen perder las ganas de todo, hago un esfuerzo y vuelvo a los planes quinquenales del “loco” Perón. Sí, ese loco de la guerra que quiso cambiar todo me hace pensar que soy un pelotudo irrelevante mientras escribo sinsentidos que no valen ni un corazón. Alguna vez supe escribir cosas profundas que quizás sí lo valían, hoy en día me digo pelotudo y tengo razón. 

martes, 5 de noviembre de 2013

Barajando presentes.

Puede ser que estemos en un momento crucial como sociedades posmodernas que desconfían hasta de la misma posmodernidad, como seres pensantes que ya están cansados de no poder pensar lo que quieran en paz. Las mentiras a las que tenemos que hacerles la vista gorda para no caer en el juego de que lo efímero nos va a quedar para toda la vida, de que lo que no importa es lo más esencial, se vuelven cada vez más ambiguas, se vuelven confusas y tienen cada vez más ganas de  convencernos de que todo puede ser realidad.
La naturaleza ya casi no es parte de nuestra naturaleza, somos seres más bien grises pavimento, gastados de tanto gastar, fundidos de tanto apreciar lo artificial. Los pies sobre la tierra y el amor por el aire puro parecieran ser utopías de otras eras, de otras generaciones a las que les interesaba mucho menos lo material. El tiempo nos apura a seguir viviendo sin vida propia, a movilizarnos hacia lo que aparentaría ser la normalidad. Es ese lugar al que ya nadie quiere apuntar pero todos se movilizan por inercia, hay bastantes, cada día más, que solo quieren ser únicos pero sin diferenciarse demasiado de los demás. Quieren ser diferentes pero sin que se note, quieren mimetizarse desde una supuesta originalidad.

Es complicada la vida, para todos. Para algunos todo es cuesta arriba, otros tienen siempre viento a favor, pero al final nos damos cuenta de que los días corren y nunca pasa nada fuera de lo común. O tal vez sí pasa pero en la vorágine de encontrar algo nuevo que pensar se nos pasan todas las novedades de largo.