Me dan ganas pero no tengo ganas. Me confunde tanta memoria que olvido, y lo que me acuerdo me motiva a dejar de pensar.
Porque mi cabeza es siempre pensamiento y mi cabeza no es corazón. Porque mi centro se acerca a su objetivo y mi objetivo se confunde entre tanto desear sin saber adónde quiero ir. Siempre está mi alma, siempre quiero sentir; pero no puedo cuando no puedo, no quiero cuando no quiero querer.
Es tan fácil como asumir la derrota, es tan complicado como aprender a ganar.
domingo, 22 de febrero de 2009
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