miércoles, 23 de mayo de 2007

Oscuro

Estimada sombra,
Creia que eras vos, pero en realidad era una sombra gris.
Una sombra que debe de ser de ella o de él.
La verdad, no se muy bien.
Pero en fin, no creo que tengas ganas de jugar ajedréz ahora.
No sos tan inteligente como para creer saber la tabla del diecisiete.
Vos estás para más, debes llegar muy lejos.
Pero cuidado, no te dejes llegar a viejo.
Conozco esa cara, demuestra las palabras que guardas, allí, donde quedan las cosas que nunca decimos, que solo salen de su cajón personal con auténtico olor a represión cuando lloramos, gritamos o soñamos.
No dejes que tu corazón se oscurezca, no dejes que se moje con las lágrimas que no dejamos salir en público.
Llorá con la pasión de un niño, uno que grita perturbando oídos ajenos en la máxima expresión del llanto infantil.
Esa sombra no eras vos, era tu lado oscuro, el lado que ocultas detrás de esa fortaleza física carente de amor y sinceridad.

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