lunes, 4 de junio de 2007

Fragmentos de los bostezos

Ansiaba la eternidad, sin saber que con ansiedad se pierde lo eterno.
Sentirse libre de sentir lo que quería, fuese amor, odio, paz o reacción, le permitía volar por los lugares que el quería. Al no intentar empezar a reaccionar, sentía cansancio, fatiga, pereza. Volando dormía, soñaba. Otras veces prefería informarse, adquirir cultura. Pero la información siempre le parecía insuficiente, debía aportar su grano de arena a la base de datos mundial de la literatura revolucionariamente chiflado.
Aborrecía la cordura, pero la falsa, la estructurada que mantiene locos a los mas locos.


Las paredes impedían el normal desarrollo de las cosas, cortaban pensamientos, sentimientos y vidas.
El amor las derrumba a todas, sean cemento, sean paredes mentales o sean lo que sean.
Las sonrisas crean puertas para superarlas.

Cuesta enfrentar lo esquivable, tanto como cuesta admitir un error.

Se ríe de nada, o de todo. Pero ríe, como nunca nadie habia reído.

Lamentó esa pérdida al mismo tiempo que la agradació al considerla útil.

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