miércoles, 6 de junio de 2007

Francisco va silbando bajito, tiene cara de chico bueno y lo es. A pesar de sus propios caprichos es más dulce que la miel.
Sonrisa pura y hermosa.
Nunca quise fallarle a pesar de que quizás alguna vez le fallé.
No le gustan las historias de amor, pero lo noto enamorado.
La culpa angustia y lastima y una sonrisa no se le debe negar a nadie. Siempre la vida algo te va a enseñar. A mi me enseñó que un hermano puede provocar alegría.

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