lunes, 8 de febrero de 2010

Por suerte.

Salgo de mi mundo para verte, encuentro una mentira y una verdad. Estoy parado frente a frente con tu alma, espero golpes y espero amor, espero encuentros tanto como desencuentros. Siempre el tiempo me habla, siempre intento darle la razón. Sabe, tiene experiencia. Explica, tiene sus propios misterios.

El equipaje que cargo en la cabeza, esos recuerdos que no se olvidan, esas personas que nos marcan para siempre. Llevo conmigo toda mi vida, voy con mi pasado a mi futuro, voy con mis pensamientos a pensar. Mientras pasa el tiempo soy presente, siento que no crezco mientras madura mi alma y mi rumbo errado sigue en su correcta dirección. Si estoy triste es porque algo no pasó, o porque pasó algo; si estoy feliz es porque así soy yo.

Mis debilidades me debilitan y me fortalecen. Me entorpecen y me hacen tropezar; me cuestionan pero me hacen mejorar. Sé que me falta mucho para ser lo que voy a ser, sé que tengo mucho por aprender pero mientras tanto insisto en este camino, sigo siguiendo a lo que me guía hacia mi destino favorito. Mis debilidades, personas y vicios, nostalgias y orgullos que, junto a la soledad, me acompañan, son mi dulce y amarga compañía.

Por suerte tengo amigos, por suerte me desvelo y puedo escribir. Por suerte estoy loco y me mantengo firme en la cordura, es una paradoja, es una verdad mentirosa. Tengo el éxito en una mano y el fracaso en la otra, tengo ganas de seguir siendo lo que soy durante toda mi vida. Subo, bajo, freno y acelero. Trato de nunca parar, trato de continuar con mis ganas de siempre un poco más

Es todo una cuestión de ser fiel a sí mismo, es todo una cuestión de pensar y no pensar. Hay que saber cuál es nuestro centro y cuál es nuestro convento, nuestro lugar para reflexionar y sentirnos lo mejor.

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