El sueño sigue despierto, los ojos se cierran pero la cabeza no. Estar toda la noche pensando mientras se duerme no es dormir, no se descansa ni se está despierto. Se pierde el tiempo que se podría aprovechar en tantas otras cosas, se pierden cosas que se podrían lograr con el tiempo.
El corazón y la cabeza conversan mientras mi espíritu quiere descansar. Imaginación y memoria son dos fieles amigos del desvelo, en nuestra mente entra y sale tanto que desaparece la noción de realidad. Dormir sin sueño es imposible, pero vivir sin sueños no es vivir.
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