martes, 23 de febrero de 2010

Todavía.

Todavía no choqué mil veces contra la misma pared, todavía no encontré esas piedras con las que tengo que tropezar más de una vez. Todavía me falta vida, me falta tiempo que aprender. Soy poco y nada en comparación a un mundo y soy imperceptible para la libertad, soy un instante al lado de esas historias que se pudieron vivir y enseñar. Espero la experiencia y espero la posibilidad de crecer, seguir madurando a pesar de mi excelente inmadurez. Me faltan risas para poder hacerte reir con ganas, me faltan bromas y chistes que nunca voy a poder entender. Este tiempo me apresura mientras espero a que pase una vida que nunca quiere dejar de pasar.
Me hace sentir bien ser conciente de que en el fondo siempre me faltarán esos momentos que nunca podré volver a recordar, es en ese fondo donde a veces se encuentran mi alma, mi memoria y mi verdad.

1 comentario:

Maximiliano Galin dijo...

Que melancólico, bellamente escrito...

No falta, no sos poco, sos lo que te animás a experimentar, ni más ni menos, y como vos bien dijiste en mi blog, sos Dios, y todo se construye en función de lo que te animes a vivir.

Fuerte abrazo!